domingo, 26 de mayo de 2013

SEGUNDA VALIDA, por El Gordo

Hoy fue la segunda válida del campeonato Gatorade, la segunda de cuatro. Fue en la Hacienda Casupito (mismo lugar de la carrera pasada, Las Doce Horas). Salí desde Caracas y pasé buscando a mi compañera del día de hoy, una de las 9 hermanas de mi mamá, la tía Ligia, mi madrina. Quien se trajo cava, silla, sombrilla y cuanta chuchería consiguió.

Nos paramos a desayunar arepas en Maitana, y entre una cosa y otra llegamos muy justas de tiempo a la Hacienda. Al llegar, me tuve que pasar a copilota para empezar a colocarme el equipo para la carrera (casco, guantes, zapatos, etc) mientras mi tía estacionaba. Pronto empecé a ver gente conocida, me acuerdo mis primeras carreras del año pasado, donde no conocía casi a nadie, hoy es como llegar al colegio o a la universidad, muchas caras conocidas y tu grupito del salón.

El circuito, nada técnico, para nosotros los Sport fueron: una vuelta plana de 4 kilómetros y dos vueltas de 8 kilómetros con desnivel. Para los Expertos que arrancaron en otra manga (10:30 am.), 3 vueltas de 8 km. Estuvo bonito eso sí, pasabas por el río de "Las Doce Horas", que esta vez tenía agua. Y la vuelta de 8 km. tenía una subida larga de "singletrack" (aunque cabían hasta dos bicis a lo ancho) y una bajada de carretera ancha. Esto hizo que el circuito fuera rápido, se necesitaba potencia y lograr mantener la velocidad desde que sales hasta que llegas.

Las primeras vueltas para mí fueron muy laboriosas, era difícil mantener el ritmo ya que el circuito no da chance a que la gente se separe rápido, y al arrancar de últimas las mujeres tuvimos la desventaja de tener que pasar por todos los embudos que se formaron. Me impresionó ver una caída en dominó (estilo Le Tour) en una parte de la carretera plana de la primera vuelta, unos encima de otros y todos aglomerados confundiendo piernas con descarriladores y volantes. Yo me metí monte adentro, y pasé como si nada por al lado del "bululú". Pronto comencé la primera vuelta larga, y se me hizo eterna.


En cambio la última vuelta fue un alivio, la gente más dispersa, ya yo no estaba fría (más bien recalentada, mucho calor), los músculos activos y había encontrado mi ritmo. A veces cuando encuentro el ritmo, llego a cometer el error de sentirme cómoda, hasta que pasa algo que me ubica nuevamente en carrera y aprieto más, hasta sentir el sofocón típico de una carrera otra vez.

Llegué a la meta contenta, y mi tía me recibió aún más, fue fino que estuviera ahí. Entré de primera entre las mujeres. Pronto a recuperarme y cambiarme y luego a escuchar los cuentos de los panas de sus carreras y resultados.

Beto hizo segundo lugar en su categoría en apenas su primera carrera en MTB, Simón de cuarto, entre más de 20 juveniles. Pecchio hizo tercero en su categoría, toda su familia lo celebró, Eddy hizo segundo y estaba que pegaba brincos. De los expertos, tanto Jesenia como Jay tuvieron inconvenientes en la carrera, ambos pincharon por lo que tuvieron que regresar, Jay hasta caminando. Esto le abrió paso al Pirata, quien coronó primero en la categoría. Carlos Rivero, Capu y un amigo mío elite llamado Rubén Parra también participaron y les fue muy bien. Rubén es de Los Andes y es todo corazón, pero cuenta que le pegó el calor, hizo quinto con todo y eso.


Estuvimos un buen rato echando cuentos entre participantes y los familiares de todos, mientras la organización publicaba resultados, fue una mañana agradable y calurosa. El próximo fin de semana se viene una carrera importante y relevante, ¿qué pasará entre Jay y Pirata en el próximo capítulo?, también cuentan que Rómulo entrenó caleta hoy para esa próxima carrera, veremos en el próximo capítulo el desenlace.

Hasta pronto y a rodar.

L.A.

PD: Esta carrera de principio a fin la corrí dedicándosela a mi hermano que hoy cumple 38 años, así que cuando "salía de la zona cómoda" era cuando me acordaba que se la estaba dedicando como regalo de cumple. Lo bueno fue que recuperé todas las calorías y más, comiendo ahorita muchas tortas del cumpleaños del Gordo.




con la tía Ligia


Beto y Simón


mi regalo para mi hermano de cumpleaños


Beto, Jesenia y Eddy (de izquierda a derecha)


Pirata le dio con todo, merecido primer lugar


Algunos postrecitos del cumpleaños del Gordo para recuperar energía.

domingo, 19 de mayo de 2013

Mañana de cross country y tarde de downhill, con El Pira

Ayer fue doble tanda, en la mañana nos encontraríamos en una panadería de San Antonio de Los Altos, Jesenia, Pirata y yo a las 8:00am. Pero resulta que Pirata que siempre es puntual, esta vez, se le pegaron las sábanas y así nos tenía...




Salimos los tres a unas rutas por Club de Campo, subimos por las antenas del IVIC y bajamos por una ruta que Jesenia bautizó como "Las Banderitas", lo que no sabíamos es que Las Banderitas tenía mucho tiempo sin que nadie pasara por ella, estaba muy tapada de monte con pullitas que se nos pegaban al uniforme y nos puso así:






Las Banderitas llega a una selva de donde hay que salir cargando la bici, hasta que conectamos con la ruta conocida como "Las Luisas", en donde casi nos llevamos unos burritos sanantoñeros por el medio, caímos al Club de Polo. Recargamos municiones y nos fuimos al "bike park" de Club de Campo, en donde baje unas rampitas por primera vez apoyada en las indicaciones de Pirata y Jesenia, concentrándome para aislar el miedo. Después que pasas la rampita, piensas: ah pero no es para tanto, hasta que lo quieres volver a intentar y te vuelve a dar miedo.

La pasamos fino los tres, nos reímos bastante, nos parábamos a tomar fotos, y al final resultó una rutica corta con descenso, subida, caminata y pinchitos clavados en los uniformes de Pan de Azúcar.





cortesía de Pirata (Antonio Ramirez)
En la tarde seguí con Pirata, quien me prestó su nomad de enduro para la práctica de una carrera de descenso que va a haber el próximo 2 de junio en Los Paulinos, El Hatillo. La ruta se llama La Guaya. La primera vez que nos lanzamos no estábamos seguros por dónde era, hasta encontrar las primeras señalizaciones y sin embargo nos pelamos un cruce al final.

Al llegar abajo, al río, nos encontramos con un grupo de duros en downhill (modalidad de descenso en ciclismo) que por su puesto Pirata conocía y seguimos con ellos para la segunda vuelta. En downhill las bicicletas son muy pesadas, no están diseñadas para subir, subíamos con un camión que además nos traía helados de tetas (de parchita, patilla, tamarindo, etc) que vende la familia Guia, una familia de ciclista de esa zona, los Guia son personas muy agradables.

Cuando nos lanzamos con los downhilleros para mi era como ver un espectáculo, de dominio y velocidad. Observar como se desplazan dando la sensación de que apenas rozan el piso, para impulsarse de nuevo, los que dominan esta modalidad, van como flotando todo el tiempo, fluyendo. Es divino verlos.






Luego nos quedamos practicando unos coditos (vueltas pronunciadas) que tiene la ruta, y se lanzan y regresan empujando las bicis varias veces hasta que cada uno siente que lo hizo bien (esto puede tardar). Yo lo hice un par de veces, pero mi manejo sigue siendo defensivo y el de ellos completamente ofensivo, aproveché para tomarles algunas fotos. Cuando los veo en acción, bajando por unos barrancos a toda velocidad, con aparente absoluto control de la situación y del riesgo, calculando cada detalle en cuestión de centésimas de segundo, son admirables.





LA GALLINA (John Zambrano)
Pareciera que cuando se ponen el casco integral y los lentes especiales, cuando se visten con todos sus protectores (rodilleras, canilleras, guantes, hasta collarín, etc) se sintieran invencibles. Es como si cada uno entrara dentro de un juego de video, comenzara a ver todo en cámara lenta y por "interminables pequeños instantes" todos sus pensamientos se apagaran y todos sus sentidos se agudizaran.

En la segunda vuelta subimos de nuevo con el camión pero coincidimos dos grupos. Éramos bastantes, así que hubo que subir remolcando a algunos con mecates (cosa que me parece una imprudencia). En una curva Orlando Guia, que es un experto ciclista, se cayó halado por el camión se arrastró varios metros y pegó contra unas matas antes de que el camión frenara. Yo desde el camión vi todo, y reiteré mi desacuerdo con el bendito mecate, pero eso en el downhill al parecer es normal. Los downhilleros son panas y relajados, tiene una perspectiva diferente, son apasionados también en lo que hacen y me gustó compartir con ellos.







Un día intensivo de tierra y ciclismo, para recargar buenas energías al aire libre, qué más se puede pedir.

Feliz vida y a rodar

L.A.