miércoles, 28 de agosto de 2013

La vida es como andar en bicicleta...

“La vida es como andar en bicicleta, hay que pedalear hacia adelante para mantener el equilibrio”. Albert Einstein

Hay personas que van pedaleando hacia adelante, irradiando buena energía por donde pasan, personas que son líderes natos, que ayudan al que pueden, que motivan al que se topan, que viven intensamente.  Máquinas de buenas ideas, que luchan por proyectos utópicos hasta verlos materializados, y más importante, que no se rinden ante nada, que luchan por vivir y por la esencia de la vida .

Qué bendición es ser hija de Egú (José María Aurrecoechea Hernández), noble y bromista. Una bendición para todos los que te rodean, una persona con todas estas cualidades y más. Feliz cumpleaños papá, que vengan muchos más y a seguir pedaleando. 

Ligiana 



Foto cortesía de: Luis Romagni 

domingo, 25 de agosto de 2013

Rodando y andando


Hoy, Aponte, Luis Carmona, Rómulo y yo, salimos con la intención de combinar dos deportes en una sola salida. Empezamos desde la casa de Aponte, por Los Samanes, donde nos encontramos a las 7am.  Luis se vino rodando desde Catia, así que antes de empezar el entrenamiento, llevaba unos cuántos kilómetros recorridos, los demás en cambio, sí empezamos en cero km.

Alistamos el equipo y arrancamos a las 7:30 hacia El Hatillo, llegamos a Los Paulinos, donde nos impresionó la cantidad de ciclistas en la zona, varios de ellos conocidos y otros panitas como El Duende y Capu (Pata e´concerje).  Así que saludamos y entrompamos la ruta “Orlandito”, la cual bajamos fino.  Yo apoyé el pie en un par de codos pero me sentí bien bajando.  Luego subimos para conectar con la ruta “La Guaya” la cual conocía de la vez de “ mañana de crosscountry y tarde de downhill con el Pira”, así que logré bajar disfrutándomela y me lancé por los dos toboganes sin pensarlo mucho, que es cómo se fluye mejor.  

Tomada por: Luis Carmona (Ruta: Morales Bello)
Subimos tranquilos por “Morales Bello”, siempre juntos, bueno tranquilos ellos, yo para andar a su ritmo tengo que ir mucho más forzada. Ya llegando a El Hatillo de nuevo, por el tramo de La Lagunita, pegaban unos acelerones de repente, que me obligaban a darle con todo. Pronto llegó la bajada de asfalto, en la que había poca circulación de vehículos por la hora, así que posicionados aerodinámicamente íbamos sintiendo el viento en la cara y cruzando los canales de esta Avenida a bastante velocidad.

Llegamos a La Trinidad pero en la subidita para casa de Aponte, si que ya venía con las baterías bajas, menos mal que Aponte (y su esposa Carola) nos tenían cambures, geles, bebidas con electrolitos y varios consentimientos más. Recargamos energías, dejamos las bicis, nos cambiamos los zapatos clic por unos de goma para empezar a correr.

Corrimos hacia El Volcán, primero unos pocos kilómetros de asfalto por La Trinidad y la Av. Intercomunal hasta el Farmatodo. Esos pocos km. fueron los que más sufrí de todo el entrenamiento, tenía tanto tiempo sin correr en asfalto que esas piernas me gritaban: ¿QUÉ ESTÁ PASANDO AQUÍ?, a las pobres se les había olvidado correr y en asflato más, pero yo les respondía: cállate, ¡y dale!. Así finalmente llegamos a la tierra para empezar a subir hacia El Volcán, en lo que toqué la tierra, agarré un segundo aire. Las piernas se callaron y está vez solo pegaban pequeños griticos en los escalones naturales de tierra, iban quejándose: ¡Ay! (escalón) ¡ay! (otro escalón) al parecer el lactato las estaba fastidiando, pero ya venían mas controladas. Yo no veía mucho para arriba, me concentraba en el paso.








Tomada por: Luis Carmona


Tomada por: Luis Carmona (¡Ay!, ... ¡Ay!)







Por el contrario, Aponte, cuando tocó la tierra, algo le picó, no literalmente, pero eso creemos porque se apagó. El tiene muy buena condición física y mental, pero simplemente hay días de días, y hoy le dio lo que llamamos una “pálida”, simplemente te apagas, a veces por deshidratación, a veces por falta de glucógeno, otras por fatiga acumulada, no sé cuál fue el caso. Él que se conoce bien, por tantos años de experiencia en el deporte, eligió simplemente sentarse y comer hasta que se le pasó. Pronto se recuperó, pero por la hora decidimos volver al campamento base (casa de Aponte), llegamos todos con buena cara y esperando repetirlo.


En plena pálida








Aponte 


Foto de: Luis Carmona, por La Av. Intercomunal (atrás estamos nosotros)



Para Luis, el entrenamiento siguió, pues tenía que llegar a su casa rodando. Yo hoy estaba tan pendiente de llevarles el ritmo que tomé pocas fotos, pero Luis que iba cómodo, tomó varias y las prestó para el blog.  Nos fuimos uniformados de Dencorub-Ciclozona, apoyando a los que nos apoyan. Esperemos vengan más entrenamientos como el de hoy.


Ro, Ligi, Luis, Aponte (de izquierda a derecha).


¡Feliz vida y a rodar!

L.A.




     

domingo, 18 de agosto de 2013

Combo completo

Ayer pude hacer en un mismo día tres pasiones: Yoga, montañismo y ciclismo de montaña. Fui a una clase con el maestro Amadeo Porras en el Parque del Este especial para personas que sufren de la espalda, yo no sufro de la espalda pero estuve pegada con un dolor intenso toda la semana que me dejaba tiesa en algunas posiciones que no podía echar ni para adelante ni para atrás.

Después de la clase de "yoga roll" de Amadeo me sentí súper mejor se basó en tres cosas básicas ... Estirar, fortalecer y relajar. Trabajó todas las zonas de la columna desde el sacro hasta la cervical, además se nota que lo hace para ayudar más que para cobrar (sólo 4O Bs.), una clase excepcional.

Luego tuve el privilegio de subir una montaña la cual fue la primera que recuerdo subía de niña, a El Volcán y me encantó hacerlo en solitario.

Y sin que fuera parte del plan del día, para cerrar con broche de oro, una ruta en MTB por los altos mirandinos (Los Zamuros-La Negra) con Casca, Rodrigo y Noelbis (esposos), y con Ro. Noelbis es  fisioterapeuta y tiene poco tiempo con el MTB, sin embargo se ha adaptado excelente. Tuvimos el clima de una tarde soleada y fresca, la pasamos buenísimo  y para finalizar unos jugos de La Naranjita que nos cayeron rico. 

Gracias a Noelbis descubrí por qué meto el pie izquierdo pedaleando. Como conocedora del tema, notó que no tengo en el lado izquierdo igual desarrollo en un músculo que en la pierna derecha y estoy compensando con un movimiento que entre otras cosas me causa dolor lumbar (de ahí parte de la causa del dolor de la semana y la clase de yoga roll). Ya me hizo unas recomendaciones. 

Si pudiera hacer las 3 cosas todos los días creo que fuera más feliz ... Aunque mi favorita sea el MTB.

Feliz vida y Namasté.

L.A.










martes, 13 de agosto de 2013

Un instante...

Camino a una clase, salgo apurada de mi  trabajo, casi ni me despido de ningún compañero, para que no me agarre cola. Me monto en el carro, y entro en el caos citadino, trato de escapar de la hora pico y me propongo atravesar la ciudad antes de que reviente esa corriente de turbulencia que te puede dejar atrapado.

Cuando por fin me doy cuenta de que lo logro, me encontraba en una montaña en la que he estado montones de veces, pues en ella estudié todo el colegio. El cielo estaba especialmente hermosos, pero apenas si lo había detallado por el corre-corre de llegar. Fue en ese INSTANTE en el que estacioné el carro, apagué el motor, cerré y me aturdió enormemente el silencio del sitio.

Caminé a ese lugar que conozco bien, de donde se ve la ciudad, el único despejado de matas y pude lograr captar este instante que ahora comparto... 

Lo más importante fue que me di cuenta, que tenemos momentos del camino, que en el día a día se nos escapan, por querer llegar rápido. Carreras que no disfrutamos por querer llegar de primeros, abrazos que no damos por apurados. Ahora estoy escribiendo esto, justo antes de entrar a mi clase, a la cual llegué irónicamente "muy temprano"... Pero al menos no me perdí de este instante del camino ... Al final la vida no es más que la sumatoria de instantes, a vivirlos felices.

sábado, 10 de agosto de 2013

POR UN GOLFEADO II

Hoy nos encontramos en Las Mercedes a las 7 am. un grupito de 10 en total, y arrancamos en las bicicletas de ruta en busca de un golfeado. En El Paraíso, se nos unió el onceavo del grupo (Luis Carmona), fuimos juntos en pelotón, esquivando los huecos del pavimento y entablando conversación. A algunos los conocí hoy y otros eran ya amigos o de anteriores rodadas como: Argenis, Katherine, Rodrigo, Salvatore entre otros. Seguimos por Montalbán y cruzamos la Autopista Francisco Fajardo para llegar a una bomba de gasolína, donde me tomé un cafecito para entrompar la Carretera nueva (ya no tanto) Mamera-El Junquito.


Esta carretera es como "Alpe d´Huez" caraqueño, una subida muy larga y empinada con una bonita vista y va subiendo en zig-zag. En la subida el pelotón se deshizo, cada quien a su ritmo, yo empecé a subir al mío. Esta vez habíamos tres mujeres en el grupo (Aurora, Katherine y yo), uno de los chamos tuvo un desperfecto en la bici comenzando la subida, así que todos ellos se pararon y nosotras seguimos para tomar algo de ventaja, cuando los hombre retomaron la ruta pronto me fui quedando rezagada del grupo. Hasta que Ro me pasa y me dice que me quede a su rueda, aguanté pocas curvas chupando rueda, así que me esperó, más bien me ayudó impulsándome un rato para que alcanzara al resto del grupo (como sí ya no era suficientemente fuerte la subida y el calor, Ro elige "calentar" cargando con su peso y el mío). Cuando alcanzamos a los últimos del grupo, me quedé con estos y el siguió después de haber entrado en calor.
Argenis y yo en el tope de la Alpe d´Huez criolla (cortesía de Luis Carmona)



Me esperaba el grupo en el tope de esta carretera, Ro bajó a buscarme porque de nuevo me había separado unos metros, pero rápidamente me encontró y seguimos juntos todo el grupo hacia El Junquito. Me fui con Luis en esta parte, quien estaba pendiente de que no me quedara otra vez. Luis nos tiene prometido llevarnos a una ruta de MTB por esos lares, me mostró por dónde era. Seguimos hasta el pueblo, en donde nos encontramos todos después de una pequeña confusión sobre dónde sería la parada.



Hacia El Junquito (cortesía de Luis Carmona)






Rodrigo







Luis Carmona y Ro

Bajamos hasta "El Papá de Los Golfeados", donde fue por fin la parada esperada, después de unos intensos 40 km. Recuperamos energías con golfeados y chocolates caliente y cuando nos paramos para regresar.... una lluviecita que fue incrementado hasta aguacero. No bastando con eso, el clima frío, la neblina y esas bicis sin amortiguación y con cauchos lisos que no ayudaban tampoco. Nos pusimos periódicos dentro del maillot pero eso no fue suficiente para calentarnos.



El Papá de Los Golfeados



































Cuando empezó a empeorar la lluvia, nos paramos en un techito, y nos comenzamos a congelar. Fue en ese momento donde mi Ro, empezó a ver hacia todos lados como perro que empieza a oler comida, hasta que entró en una tienda de chinos y salió con bolsas negras de basura para todos, nuestra alegría no fue normal. Ya en ese momento habíamos varios con los labios morados y los dedos dormidos. El mejor impermeable del mundo nos regaló Ro hoy. Si tuviera que elegir a una sola persona para sobrevivir en una isla desierta, ese sería Ro, tiene la capacidad de hacerme sentir segura a donde quiera que voy.



La lluvia no bajaba de intensidad, mientras nosotros esperábamos, ya más contentos y menos congelados pero hoy yo tenía un compromiso a la 1pm, y me comencé a preocupar. Al rato decidimos seguir pero nos encontramos con Salvatore resguardado en otra tienda y nos volvimos a parar, yo estaba titiritando tanto que me costaba controlar el volante. Salvatore nos dice que esta bajando mucho barro por la carretera Mamera-El Junquito, que había que esperar un rato más. Mojamos la entrada de una mueblería un buen rato, hasta que decidimos seguir pero por la carretera vieja de El Junquito.

Piedra, basura, hueco, barro, basura, tronco, basura, moto, moto, autobus, moto, pinchazo, autobus, pinchazo... hasta que llegamos abajo, en donde por fin había sol y pavimento seco. Dejamos los impermeables en la basura y le dimos duro de regreso, fue un alivio pedalear después de lo tuyido que estábamos. Se quedó Luis por allá y nosotros agarramos autopista, pero a toda mecha, Ro iba de primero en el segundo pelotón y nos llevaba a 50 km/h .... yo pensaba: pedalea o muere. Fue así como llegamos sanos y salvo a Plaza Venezuela donde nos separamos del grupo y llegamos a casa justo al mediodía con una nueva experiencia. A pesar de que no todos nos conocíamos formamos un grupo muy alegre y la pasamos excelente.


Feliz vida y a rodar,

L.A.












domingo, 4 de agosto de 2013

TRES REGRESOS DE PANTALETA

Camino a Los Caracas (6:30am 03/08/13)
Cuando pensé en repetir la ruta del fin anterior, no sabía que iba a ser tan rápido. Ayer volvimos a Los Caracas con las bicicletas de ruta, esta vez rodamos con Alejandro Pecchio. Nos encontramos allá con él, íbamos a ser más pero algunos arrugaron a última hora. Salimos de Caracas poco más tarde de las 5:30am (ya nos estamos acercando), y repetimos las arepas de Naiguatá. Empezamos a rodar a las 7:00 am, estaba nublado, lo cuál creímos favorable por el calor que puede llegar a pegar en esa zona.

Arrancamos los tres, a un ritmo tranquilo y conversando, pero ya llegando Anare pinché la rueda delantera por una piedra que tropecé. Cuando ruedas con tu pareja muy seguido, un pinchazo puede ser tema de discusión marital. Seguimos conversando y disfrutando el paisaje hasta llegar a Playa Pantaleta. Debo aclarar que en la entrada anterior, el retorno también era este y no Naiguatá como escribí.


El primer regreso de Pantaleta, era como el cuento que nos iba echar ppdopico.com de la publicación anterior, un viento durísimo. Sí de ida íbamos a 40 km/h cómodos y hablando, de regreso íbamos dándole durísimo para rozar los 30km/h, por eso diseñamos la estrategia de 3 minutos cada uno en la punta, y así logramos mantener un ritmo bueno. Cada uno llevaba el tiempo con su reloj, pero el reloj de Ro siempre anda atorado, me empezaba a avisar segundos antes que ya me tocaba, pero si me pongo a pararle a su atore constante, me vuelvo loca, así que simplemente entraba. Como el camino tiene algunas curvas hacia dentro, en lo que se acababa la pared que te protegía un poco el viento, sentías el frenazo de las corrientes, impresionante. Pasó rápido el primer regreso, pero llegamos recalentados a La Punta, tomamos algo, echamos aceite que le faltaba a mi cadena y hacia Pantaleta otra vez (hasta aquí 30km con la ida y vuelta).


El segundo regreso de Pantaleta, no tuvo nada que ver con el primero, tratamos de seguir la estrategia del primero, pero las condiciones fueron totalmente distintas. Ya no había tanto viento, en cambio había un chaparrón de agua con puyitas que se te clavaban en la piel. Llevar los lentes para mi fue una tortura, no veía nada con ellos ni sin ellos, la sal te comienza a picar en los ojos, y no sé por qué, como sí ya no hubiera bastante agua, el cuerpo se defendió moqueando. En este regreso ir de primero era una ventaja, porque si ibas a la rueda del otro, ibas tragando el agua que desprendía la misma, y entre el moco y la sal, no sabía nada bien. Así que aunque medio parapeteamos la línea, con el aguacero no fue tan ventajosa. En un momento, nos pasó Roy  (uno de los tantos ciclistas de la tienda Bikepro que estaban ayer en la zona) y nos fuimos con su empuje un buen rato. Ya llegando había escampado, pero quedaban muchos charcos. Tomamos unos cocos fríos que nos brindó Pecchio y para atrás de nuevo (60 km llevábamos).

Con Ale Pecchio




 El tercer regreso, lo hicimos Ro y yo solos, Pecchio se quedó por Pantaleta donde lo esperaba su familia para un día playero y nosotros volvimos más relajados hacia playa La Punta finalmente. Este regreso fue de un solazo intenso, bastante calor y viento (aunque no tanto como en el primero) y ya nosotros estábamos algo tocados. Inclusive le dije a Ro para pararmos en la mitad, por más coco frío (gasolina celestial para el último empujón). Casi siempre iba Ro adelante, algunos raticos lo pasaba pero a los pocos kilómetros se colocaba cortándome el viento otra vez. Ya llegando, estaba todo el pavimento increíblemente seco, yo venía pensando en que por fin iba a emparejar mi bronceado ciclístico, cuando de repente, ¡palo de agua!, sabroso para terminar los 90 km del día de ayer.


Gasolina para el regreso



Yo tomando coco frío y Ro con su reloj atorado







Chaparrón para cerrar los 90Km, en La Punta











Ayer sí habían olas por lo que obviamente estaba el chupacabrasurfista.com, surfeando y captando excelentes imágenes con su súper cámara submarina, fue muy grato verlo y compartir con él un rato. La mejor recompensa de la rodada fue un chapuzón de agua helada en ese mar rochelero.



Frewuill nuestro padrino de boda (pueden leer su versión del mismo día en  chupacabrasurfista.com )




Feliz vida, y a bailar bajo la lluvia,

L.A.