Hoy salí tarde por quehaceres domésticos y a pesar de que está contraindicado (mujer-sola-inseguridad), una de las cosas que más disfruto de vez en cuando es rodar sola, voy a mi ritmo, me paro a tomar fotos cuando me plazca. Veo los paisajes y a los pajaritos, y como tengo menos presión encima, fluyo fácilmente como me pasó hoy. Bajé fluido logrando hacer todos los coditos, sin poner el pie, y me autofelicitaba. Además la tierra estaba sueltecita y eso ayudaba a colear la bici, pasé los puentecitos de troncos, me acompañaron lagartijas efímeras en toda la ruta.
Escuché unos niños en la ruta gritándome: ¡Ciclista, ciclista!; pero cuando frené a ver qué querían, sentí el ladrido de un perro grande cerquitica. No suelo tenerle miedo a los perros, pero en ese momento con la misma pegué el aceleron dejándolo atrás.
Crucé el riíto y pa'rriba, me tuve que ir más rápido de lo que hubiera querido pero fue una buena rueda para dejar cualquier dilema de la vida a un lado por un momento.
¡Te recargaste! =)
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