lunes, 2 de septiembre de 2013

POR UN GOLFEADO III, EN MTB (la ruta prometida).

Suelo escribir los cuentos del fin de semana antes de que se acabe, pero ayer la dosis de cansancio le ganó a la dosis de inspiración. Comenzó septiembre con el paseo prometido por Luis Carmona desde hace varias semanas, es una de sus rutas favoritas, el es baquiano en la zona. Entrena por estos lares desde hace más de 10 años, y ayer estaba emocionado porque por fin pudo mostrarnos sus rutas. Esta emoción no solo la transmitía, el lugar en sí emociona, con recovecos y veredas saltas del asfalto a la tierra, en pocos metros. Consigues selva tropical lluviosa, pronto montañas despejadas, sembradíos y de nuevo asfalto y casas, inesperadamente.

Pero para ir a esta ruta tuvimos que subir bastante. Salimos desde la Plaza La India,  El Paraíso, donde nos encontramos tempranito todo el grupo. Íbamos a repetir los cuatro del fin anterior, pero gratamente se nos unieron: Juan Valdez (el del café, Juancho) y José Daniel Santana (Duende) con su amigo Freddy, éramos 7 en total.

Arrancamos con algo de retraso, y a pocas cuadras conectamos con la autopista. Se sabía que había que apretar el paso en esta parte, pero lo que yo no sabía es que iban a ir como si los persiguiera el diablo. Esa gente aceleró y yo no pude seguir ese paso, "con buena actitud" (cara de chivo comiendo tamarindo) Ro se queda a mi paso y cuando hicimos el retorno para llegar a la bomba, los demás nos esperaron.  Nos paramos en la bomba poco tiempo y arrancamos juntos hacia la ya conocida carretera "nueva" MAMERA-EL JUNQUITO (o como yo le llamo el ALPE D´HUEZ caraqueño).

Arrancamos juntos pero como siempre cada quien agarra su ritmo en esta subida y a mi casi me llevan por delante. Gracias a mi poderoso Ángel de la guarda, queda rodando y contando pa´rato. En una de la primeras curvas, una camionetica por puesto, al parecer con una urgencia, porque venía a toda velocidad, trató de pasar a un carro por la derecha, donde me encontraba yo, pegó un frenazo, a lo que solo me dio tiempo de arrugar la cara, y luego pasó al carro por la izquierda, encontrándose a otro carro de frente, por lo que tuvo que atravesar los divisores de los canales para entrar nuevamente en el canal de subida. Así que estuvo a punto de ocasionar varios accidente en un mismo instante, menos mal no pasó de un susto.

Seguimos todos, y yo tranquila, pero Ro entró en crisis, y creo que todavía lo está. La verdad no sé si este equivocada pero yo no voy a dejar de VIVIR, por evitar morir, algún día llegará, y más vale pedalear bastante antes de que llegue. En esta salida, indiscutiblemente fui la más lenta, me esperaban y se turnaban para no dejarme sola. Me toca la responsabilidad de mejorar mi condición para aumentar la velocidad del grupo y  seguir saliendo con ellos. 

Por fin se acabó esa larga y dura subida, en la que disfrutamos un sol intenso y un cielo azulito sin nubes.  Duende, Freddy y Juancho que ya tenían tiempo arriba vieron a un papá con sus tres hijos entrenando en sus bicis, súper chevere.  Nos paramos por tortas y bebidas en un kiosco que nos mostró el guía (Luis C.) y nos adentramos por la ruta prometida.

Chinchorros de cemento rayado, marcaron el inicio. Pronto pinchó Rómulo, reparamos y seguimos. Luego la tierra y con ella lindos paisajes, picas y flores locas. Nos adentramos a la selvita, cruzamos un riachuelo y hubo que cargar la bici un pequeño tramo. A Ro y a mi nos recordó muchísimo a las rutas de El Reto Al Quetzal, cuando llegamos a unos campos de golf, tuvimos que dejar la ruta a la mitad por falta de tiempo, pero Luis C dice que faltaba la mejora parte. Aunque "siempre hay que dejar algo por conocer" así que será para la próxima.























En ell regreso de asfalto para conectar con la carretera de El Junquito, Aponte iba dándose tabla con Luis, Freddy y Juancho. Y Ro y el Duende iban esperandome y cotorreando como dos comadres. Cerramos con los ya tradicionales golfeados y bajamos a toda mecha. El Aponte de esta vez, si es el Aponte que yo conozco, muy resistente, y dándose duro adelante. Claro, está vez le hicimos una arepa para que no ande con pálidas ;)

Feliz vida y a rodar,

L.A.












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