lunes, 11 de febrero de 2013

PARACOTOS, CON TRES DIABLOS

Carnavales es una época muy ajetreada para El Diablo, más o menos como para Santa, la navidad. Tiene que estar en muchos lados, así que fuimos y vinimos y ¨pasamos lisos¨. El Diablo no agarró a ninguno esta vez. Y es que también esta vez yo me fui con tres diablos, Carlos Aponte, Pirata y Rómulo.

Pirata, ya nombrado en entradas anteriores, o como le llamarían hoy al final del recorrido, LA LEYENDA DE PIRATA, ha ido tantas veces a Paracotos que ese ya tiene pacto con él. Le lleva presas nuevas a cambio de que lo deje quieto. Aponte, es un tipo con demasiada experiencia también, en carreras de aventura y MTB y Rómulo que aunque empezó luego que Aponte, también tiene mucha experiencia en las mismas ramas... así que ¨mas sabe el diablo por viejo.... que por diablo¨ y fueron conmigo, que volví por la revancha y la logré, les cuento:

Salimos de San Antonio de Los Altos, después de café y minilunch, muchos fueron los que arrugaron hoy, de hecho, la rodada de hoy ni siquiera la organizamos nosotros, él que la inventó, arrugó. Bueno salimos yo y los tres diablos vía Paracotos. El clima ayudó, estuvo soleado con algunas nubes nobles pero como de costumbre mucho frío en la bajada y mucho calor en la subida. De ida practicamos el ¨TURBO¨, que es una de las maniobras que estuvimos practicando la vez anterior Rómulo y yo para la carrera (El Reto del Quetzal). En algunas subidas Ro me empuja y se activa el TURBO que evita que yo me desgaste demás y que Ro llegue fresquito. Varias veces sorprendimos a Pirata cuando yo lo pasaba y se quedaba loco, hasta que caía que era el turbo.








El Pirata y sus mañas de diablo




Bajamos "a dos tablas", Rómulo cantándome la zona y yo atrás a lo que daba. Además la carretera de tierra no tenía muchas rocas como tiene siempre, el camino por donde pasar estaba muy notable y yo ya me conocía el camino del fin de semana anterior, así que bajamos durísimo. Pirata estaba probando su bicicleta rin 29 en esta ruta, y como la encontró "autopista" como dice él, voló, aunque decía que iba tranquilo (El Pira no frena mucho, porque dice que las pastillas están muy caras).

En el camino cada diablo me iba dando consejos, y yo tratando de absorber al máximo estos valiosos conocimientos, uno me decía cómo cambiar, el otro diablo cómo bajar y el otro solo me llevaba al límite, como de costumbre. Se me ocurrió comentarle a uno de ellos que me había cambiado a pedales " Crank Brothers", pero en vez de decir eso, dije "Cranberries"... más vale que no... hasta de sobrenombre me lo pusieron..

Al llegar al planito, donde comienzan los potreros, esos diablos comenzaron a competir entre ellos, pero en pelea de diablos, yo no me meto. Me cuentan que llegaron con los ojos afuera de lo duro que le dieron hasta el asfalto. Ahí fue cuando mi turbo, se quedó sin pila.

Con los tres diablos


Ya por llegar al pueblo mis cambios no estaban muy buenos, le faltaba aceite a la cadena por tanto polvo, pero estos diablos ya les digo, se saben mil trucos, la experiencia. Así que recogieron potes de aceite de caja hidráulica en la basura y solucionado el problema. Llegamos a la panadería, comimos, nos hidratamos y me quité el suéter de lycra que me llevé esta vez para no sufrir de frío en la bajada.





Aceite de caja para la cadena ¡mas nada!






















De regreso ya yo iba mentalmente más fuerte, restia´a para que me fuera bien esta vez, también me comí mi power gel cada media hora rigurosamente. Recuerdo que el primero me lo comí mientras hacía pipí en el monte, para eso de aprovechar el tiempo, y ensayar esas técnicas también para la carrera.

Está vez cuando terminó la parte de tierra me sentía bien, pero uno no se puede confiar, hay que seguir hidrantándose y comiendo (no hay que tentar a ustedes saben quien). Cuando ya estábamos llegando a San Antonio de nuevo a los carros, uno de los diablos me empezó a presionar para darle duro y dejar el resto, y me sentí orgullosa cuando me di cuenta de que todavía tenía fuerza, y las piernas me respondían a pesar del cansancio.



se acabó la tierra
En el Kiosko


Ya llegando nos encontramos con unos amigos que venían de hacer otra ruta con un grupo. Uno de los del grupo, que le gusta el "downhill", cuando le intentaron presentar a Pirata, lo reconoció y dijo: - Yo sé quién es, Pirata es una leyenda. Así que se ganó su "chalequeo" a raíz de este comentario, y la leyenda se sonrojó.


Nos encontramos a Ernesto, Aimett, Elizabeth y a Alvaro (Foto de Aponte)






Esta vez por ocupado,
El Diablo quedó picado,
no me quiero imaginar,
pobre el próximo a agarrar





¡Feliz vida y rodar!
L.A.



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