domingo, 3 de febrero de 2013

PARACOTOS, EL DIABLO EN PANTALETAS

Cuenta la leyenda que El Diablo sí existe. Pero no está en el subsuelo, ni en las tinieblas, ni tampoco hay que pasar por San Pedro (esa es otra ruta). El Diablo existe y está en PARACOTOS. Cuando un grupo de ciclistas se atreve a hacer esta ruta, a pesar de la leyenda que ya todos conocemos, él al menos elige a uno. La vez pasada que fui agarró al más negrito, a Edwin, pero Edwin es muy fuerte así que resistió todo el camino, lo agarró ya llegando a su casa, lo dobló como a una barajita, yo lo ví y me dió miedo, y más conociendo quien es Edwin. Sin embargo, por terca, le pedí a Rómulo que me llevara otra vez, dándomelas de guapa, y esta vez no me salvé... eligió a la mujer de los tres que fuimos y fue muy feo, les cuento:

Se dice que te puede hacer cosas terribles... cuentos tan feos que no los puedo decir en mi blog, porque mi blog es censura "A", pero todo comienza con un escalofrío, cuando lo sientes es que ya está cerca, si te hidratas bien puedes espantarlo, pero esta vez fue inminente, no hubo gomita con electrolitos que lo espantara, me revolcó. Algunos hasta han sentido su respiración en el cuello, se va metiendo en cada músculo y los paraliza, los incrédulos le llaman calambres, pero eso es que no lo han vivido de cerquita. A mí, cuando me empezaron los escalofríos, sobretodo porque ya estaba "dateada", empezó la lucha interna: -No me vas agarrar, - Sí puedo, -Otra subidita más y agarró fuerza en el planito, - Vamos! ya sobreviviste una vez, -No me va a agarrar, etc ... funciona, pero no puedes bajar la guardia porque te termina agarrando.

Salimos de San Antonio de Los Altos, como ya es costumbre, Argenis, Rómulo y yo, con una temperatura de 16ºC vía Paracotos, la ruta en total son 55 km, con un desnivel de 1700 m., la temperatura máxima fue de 40ºC. Es la misma ruta ida y vuelta, al llegar al pueblo de Paracotos teníamos 27 km recorridos y casi todo fue bajada. La bajada hacia Paracotos, es un descenso bastante largo, parte de asfalto, parte cemento rayado y gran parte tierra, aunque hoy, la tierra era polvo. La vía es ancha con muchos huecos y peraltes, y está demasiado buena para los que nos gusta bajar. Al terminar el descenso, llega a un camino de tierra donde atraviesas varios potreros, finalmente al asfalto, pasamos el Club Paracotos, y llegamos a la panadería del pueblo buscando algo de hidratación. Ahí nos conseguimos unos panitas que nos cuenta Ro que siempre están ahí para recibir a los ciclistas, pero estos son panas no son como ustedes saben quién (El Diablo).



En el descenso: Argenis, el de la izquierda y Rómulo, el de la derecha.

camino al pueblo


Panita con Argenis

Hasta aquí todo fue bonito, pero ya "ustedes saben quién" te pilla bajando, elige su presa y se dice así mismo: la agarro en la subidita. Comenzó la subida, ya por los potreros yo me sentía sin mucha fuerza... un becerrito trato de advertirme...



Pero seguí, empezaron los escalofríos, las piernas sin fuerza, en las subidas técnicas el diablo me desengachaba los zapatos de la bici, empieza el calor duro. Argenis y Ro se fueron bien adelante (-AY CHIAMO, me va encontrar solita), guapié hasta que se acabo la tierra, en el cemento agarré un segundo aire, y cuando llegamos al kiosko....




Era demasiado tarde, se me metió El Diablo: una pierna empezó a templar, la otra tiesa con estirones que no me dejaban moverla, yo apuntico de llorar (sabía que me había agarrado). Empecé a reirme (quizá por orgullo), trataba de pedir ayuda a Ro y a Genis (pero ellos no entendían entre el llanto y la risa), engachada todavía a la bici y agarrada, nada más y nada menos, que de la camioneta de uno de sus seguidores. Fue horrible, pero cuando salí del trance me repuse y comí para recuperarme.


Bueno el propósito de esta salida, fue empezar a engranarnos Ro y yo como equipo para correr una carrera juntos en marzo (www.elretodelquetzal.com). Así que toda la bajada hicimos el simulacro de un descenso de alguna etapa de EL RETO, el me iba avisando los huecos y obstáculos, y yo pues concentrada, sólo le gritaba cuando se me alejaba mucho para que bajara el paso. Para mí, bajamos durísimo y súper fluido.... por lo que el simulacro estuvo bueno. Se sabe que en un equipo, el ritmo lo marca el más lento. En nuestro equipo hay mucha diferencia entre la velocidad en la que puede ir él y la mía, así que también practicamos cómo contrarrestar esto en las subidas. Está fue una de las técnicas que usamos y así compensamos....


Foto de Argenis Rodríguez

El propósito se cumplió, y el tiempo estipulado para toda la ruta también, la meta era bajar las 5 horas (hicimos 4:47 con paradas y todo). Gracias a Ro y al Genis que me ayudaron con El Diablo y a llegar bien. Estrené zapatos y ruedita del descarrilador con dientes.


























¡Feliz vida y a rodar!
L.A.

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