viernes, 5 de julio de 2013

PAN DE AZÚCAR EN PARACOTOS


Nos encontramos frente a una panadería de San Antonio de Los Altos (que apenas estaba abriendo, 6:30 am): Jorge, Ferreira, Ricardo, Edwin, Claudio, Beto y yo. Arrancamos a sabiendas de que nos encontraríamos con Pepito y Nisi un poco más adelante, éramos 10 en total. Decididos a llegar rodando hasta Paracotos y volver para contarlo.





Arrancamos con un clima frío y un cielo despejado, esto ayudó a la decisión de varios de dejar las chaquetas cortavientos e irnos casi todos ligeros de peso pero con muchas municiones. Yo por mi lado, antes de la última devaluación, mis municiones para estas rutas largas eran geles y barras deportivas (si actualmente hiciera eso en las proporciones recomendadas, 1 cada media hora, en una rodada como la de hoy gastara Bs. 550 nada más en geles) pero actualmente estoy rodando como lo hacía hace tiempo, a punta de conserva de guayaba y plátano y en vez de barras, galleta Maria y Club Social (por lo salada), y guardando los geles para las carreras.












Pinchazo de Ferreira
Empezando el camino, vía Guareguare, tuvimos el primer pinchazo. Ferreira pinchó y mientras reparaban su caucho aproveché para sacarles fotos. De ida, no se sufre de ida siempre se disfruta mucho, uno va fresco y el clima también. Íbamos juntos, hablando y viendo el paisaje, algunas subidas en la carretera que te ayudan a entrar en calor. Hasta llegar al kiosquito que marca la tierra y el comienzo de la bajada buena.






































Edwin: - cambié mi música de balada a la carpeta DH (downhill), esa fue la respuesta que dio cuando Beto le preguntó: -"Chamo, ¿tú vas a bajar duro?, en eso Chaning, y Jorge se vieron con cara de malos, y por ahí se lanzaron uno tras otro. Yo y Nisi bajamos juntos y cuando llegamos abajo parecía que ya tenían rato ahí. Después me contó Chaning que por tener pastillas de frenos nuevas, se dio un minitortazo en la bajada, pero nada grave. Esa bajada en especial, me parece que si vas con velocidad es más fácil, porque agarras los peraltes y las piedras ni te estorban. Estuvo buena.

Luego viene un camino plano con algunas vacas y vegetación cerrada (sombra todo el camino) hasta el asfalto. Al llegar al asfalto todavía falta un buen trecho para llegar al pueblo de Paracotos y a la panadería que es el punto de retorno. Recuerdo que Nisi, que no conocía esta ruta, venía fascinado y repitiendo "qué bonita es Venezuela", yo por dentro pensaba, vamos a ver si el diablo lo deja seguir así en la subida.
Nisi disfrutando el paisaje








En la panadería de Paracotos, no faltó el pan dulce o "pan de azúcar" aderezado con la Nutella criolla, Choconut, que fue la poción antidiablo de esta salida. Pronto se acabo "el paseito" y empezó lo bueno, el regreso, subir 27 km para acumular un desnivel total de alrededor de 1600 y ¡a esquivar al diablo señores!.



















Llegamos al pie de la subida, empecé con el grupo, creo que como éramos varios el Diablo perdió fuerza dispersándose. Recuerdo que medio atorada, pelé el camino, desenganché y me estaba costando volver arrancar por el lugar donde había quedado y en eso me comienzan a pasar todos, arranco de última y pronto alcanzo a Ricardo que venía a la rueda de Ferreira o como lo llamaremos en esta entrada, el pájaro Minah. Minah iba un ritmo tan constante y tan lento, que no se podía ir más lento porque estabas detenido. Ricardo podía pasarlo pero sabiamente se quedo atrás y yo igual. Así nos fuimos los tres en línea al ritmo que marcaba Minah (Ferreira) esto ayudo a que le agarráramos el "tumbao" y bajaran nuestras pulsaciones, a ese ritmo fuimos alcanzando y pasando a otros del grupo que venían adelante. Y a ese ritmo, el Diablo de Paracotos te ve, pero no te hace nada, al fin y al cabo Ferreira es un veterano y a pesar de estar fuera de forma por su recién operación de rodilla, este portugués tiene mucha rueda y maña encima.








El otro que cuentan que subió así, fue Edwin pero yo no lo vi, subió muy adelante. Cuando llegamos al Kiosko, Ferreira se tomó una birra para continuar constante y seguro como el pájaro minah. Nisi cuenta que el diablo le venía susurrando al oído (decía: "por qué siento escalofríos sí no estoy deshidratado"), pero todos sobrevivimos al diablo esta vez. Antes de las 12:30, a pesar de las varias paradas para reagruparnos y demás, ya estábamos en el punto de partida, bien contentos de la salida.


¡Feliz vida y a rodar!

L.A.


























Todos sobrevivimos al Diablo de Paracotos esta vez, y AMÉN

1 comentario: